Psicología adolescentes

Psicología adolescentes

Se trata de una etapa que se caracteriza por rápidos y significativos cambios en el joven, lo cual determina una situación típica: alteración de la personalidad y dificultad en la interrelación con los adultos; todo esto ha contribuido a la visión comúnmente difundida de esta etapa como crítica o caótica.

Utilizaremos el término adolescencia para referirnos a la etapa de la vida que abarca aproximadamente entre los 10 y 20 años (aunque no es la edad cronológica el criterio fundamental para determinar el inicio y término de ella). Para una mejor comprensión de la variedad de cambios que se presentan a lo largo de este período, se ha acordado dividirla en 3 sub etapas que representan los momentos más significativos de todo este proceso de transformaciones.

  • Prepubertad
  • Pubertad
  • Adolescencia

La adolescencia es un momento especialmente importante en el desarrollo humano y puede comportar la aparición de un conjunto de dificultades que son exclusivas en esta edad. En el Gabinete de psicología conductual y Judicial quiero ayudarte para que tus hijos consigan desarrollarse de una manera saludable.

Ser padres es una de las tareas más difíciles e importantes de cuantas realizamos a lo largo de nuestra vida

La adolescencia es una etapa de transición, desde la infancia a la edad adulta, esencialmente llena de cambios físicos, psicológicos y emocionales. Es una época especialmente importante en la formación de la personalidad, identidad y autonomía individual, que requiere una especial atención y puede comportar la aparición de un conjunto de dificultades que son exclusivas en esta edad.

Con frecuencia, surgen problemas de relación con la familia, en el ámbito académico o bien, de comportamiento y adaptación social. Por otro lado, en los últimos años se han agudizado los trastornos de la imagen y la alimentación. Los trastornos de ansiedad, tienen una elevada prevalencia en la clínica, donde vemos, cada vez con más frecuencia, adolescentes llenos de manías, obsesiones y compulsiones.

Ser padres es probablemente una de las tareas más difíciles e importantes de cuantas realizamos a lo largo de nuestra vida. La educación de nuestros hijos exige constancia, sacrificio, esfuerzo, creatividad y un sinfín de sustantivos más.

En ocasiones durante este largo y complicado proceso que supone la educación de nuestros hijos, los padres nos encontramos desorientados, sin saber bien qué hacer ante ese mundo interno complejo, lleno de fantasías, impulsos, deseos, tensiones, emociones, que en ocasiones les desborda expresando su malestar a través de distintos síntomas.

El proceso es muy similar al que se desarrolla con los adultos, sólo que debemos tener en cuenta las particularidades propias de la etapa evolutiva por la que atraviesan. Las técnicas de terapia que se utilizan con los adolescentes son iguales que las de los adultos, sólo que se adaptan a su edad y nivel intelectual.

Es muy importante que el adolescente viva el espacio de la terapia como suyo, un lugar donde sentirse escuchado, comprendido y aceptado incondicionalmente, donde puedan expresar sus sentimientos, emociones, preocupaciones e ilusiones.

Los adolescentes tienen derecho a su intimidad y a que las revelaciones que realicen se mantengan en el secreto profesional

La implicación de los padres es fundamental en el desarrollo del proceso terapéutico teniendo éstos un papel activo en el que participan mediante pautas de trabajo y apoyo a la terapia. Además del trabajo terapéutico, es importante trabajar ciertas áreas en coordinación con los profesionales de los centros de enseñanza (orientadores, consultores, psicólogos y tutores). Para ello previa autorización de los padres, establecemos una coordinación periódica con estos centros.

En la consulta se evalúan y tratan los siguientes problemas o dificultades que un niño o joven puede presentar

  • Baja autoestima
  • Dificultades de aprendizaje
  • Alteraciones del comportamiento
    Desobediencia sistemática, conducta desafiante, patrón persistente de violación de normas de convivencia, hiperactividad-impulsividad, agresividad
  • Trastornos de la Conducta Alimentaria
    Episodios de sobreingesta, anorexia, bulimia
  • Problemas emocionales
    Depresión y situaciones de duelo
  • Falta de Comunicación, Timidez
  • Ansiedad, Miedos y fobias
  • Trastornos Obsesivos-Compulsivos
    Manías, obsesiones y compulsiones
  • Problemas de Relación Infanto-Juvenil
  • Control de esfínteres
    Enuresis (orinarse) y Encopresis (hacerse las heces encima)
  • Trastornos del Sueño
  • Trastornos Psicosomáticos
  • Trastornos Adaptativos
  • Conflictos con los padres
    Aceptar límites, horarios, salidas, tiempo de conexión a internet
  • Educación afectiva y sexual
  • Refuerzo Escolar
    Malos hábitos de estudio, falta de concentración, ansiedad ante los exámenes, fracaso escolar
  • Técnicas de Estudio
  • Procesos de Divorcio / Separación
  • Adopciones

Además, realizamos psicoterapia especializada en el tratamiento de problemas provocados por los malos tratos.

Problemas Psicológicos más frecuentes

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El adolescente es una persona nerviosa por naturaleza. Y no es para menos, con tantos cambios en su cuerpo y en su entorno. Sin embargo, la ansiedad ha de permanecer siempre entre unos límites, para no interferir de manera negativa en la vida del adolescente. A mayor ansiedad, por ejemplo, peores resultados académicos.

Los adolescentes con niveles altos de ansiedad, suelen mostrarse inseguros, perfeccionistas, con gran necesidad de recibir la aprobación de los demás para que les aseguren la calidad de lo que hacen. Confían poco en sí mismos, les da miedo cualquier situación y requieren la constante presencia del adulto para enfrentarse a sus temores.

Ansiedad de separación
Un tipo concreto de ansiedad, que experimentan algunos adolescentes ante la posibilidad de tener que separarse de sus padres o de aquellas personas queridas. Sienten un gran temor a los ladrones, a que les pase algo a sus padres…

Antes de admitir el verdadero motivo (no querer separarse de sus seres queridos) dan mil justificaciones, incluso pueden presentar un cuadro físico muy espectacular con vértigos, desmayos, dolores de barriga o palpitaciones.

Crisis de ansiedad (ataque de pánico)
Ansiedad en su grado máximo, aparece de forma brusca y suele ser de corta duración (30 minutos). La forma más dramática es la sensación de muerte inminente, el adolescente se pone blanco y presenta un cuadro de lo más llamativo, semejante a patologías físicas muy graves, aunque, lógicamente, sin las secuelas de éstas.

Palpitaciones, ritmo cardiaco acelerado.
Sudoración
Temblores o sacudidas corporales
Sensación de ahogo
Dolor en el pecho, molestias alrededor del corazón
Náuseas, molestias abdominales
Mareo, sensación de pérdida de conciencia
Miedo a volverse loco o a perder el control
Miedo a morir
Sensación de hormigueo en diversas partes del cuerpo
Sofocos o escalofríos

Al adolescente le queda, durante bastante tiempo, el temor a que se repita este episodio, por lo mal que lo pasa; con lo que no es de extrañar que por un tiempo no quieran salir solos, o incluso que no quieran salir de casa.

La vida surte abundantes factores de estrés en la etapa de mayor fragilidad de la personalidad. Algunos jóvenes saben encajar bien la llegada del estrés y se sobreponen con facilidad; otros se sienten incapaces de superar estas situaciones, manifestando una serie de conductas desproporcionadas. Estos son los adolescentes con problemas de adaptación.

No se trata de conductas normales ante una situación determinada, como por ejemplo, la lógica reacción de dolor ante la pérdida de un ser querido. Se trata de reacciones, normalmente, con una mezcla de depresión y ansiedad. También pueden manifestarse por alteraciones severas de la conducta, como vandalismo, conducción irresponsable, peleas o incumplimiento de las normas sociales propias de su edad.

Caso de existir una causa de estrés, concreta y conocida por el adolescente y su entorno, las reacciones desadaptativas suelen aparecer a los tres meses de tener lugar dicho acontecimiento estresante; aunque normalmente son un conjunto de factores los que están influyendo sobre el joven.

¿Hay situaciones especialmente estresantes?
Terminación brusca de un noviazgo
Dificultades de integración escolar
Aislamiento social, falta de amigos
Problemas de relación con los padres

Síntomas de estrés:
Cansancio, dolores de cabeza, dolores de espalda u otras molestias
Comer, beber o fumar en exceso
Actitud depresiva, tristeza, llanto y desesperanza
Nerviosismo, inquietud y ánimo preocupado
Dificultad para concentrarse
Brotes de mal genio (rabietas)
Repentinas fugas del hogar
O por el contrario, retraimiento social

En todo comportamiento humano existe un componente químico y otro aprendido. En situaciones parecidas, dos personas pueden reaccionar de maneras muy diferentes. ¿Debido a los genes? quizá. Es bien sabido, que los niños humillados y maltratados tienden a volverse emocionalmente insensibles a estas situaciones, y aprenden que la agresión, es la respuesta automática ante las contrariedades. Con lo que de adultos, repetirán este tipo de escenas, siendo ahora ellos los agresores.

¿Es la adolescencia una etapa de especial tendencia a la agresividad?
Es una etapa donde se van dejando atrás los valores de la infancia, y hay una necesidad de encontrar nuevos valores más acordes con los cambios que empiezan a percibir. Puede existir decepción con la sociedad que encuentran, y querer cambiarlo absolutamente todo. Pueden culpabilizar a la familia por lo que no les gusta. Y en definitiva pueden sentirse tremendamente solos, con lo que desarrollarán unos mecanismos de defensa que fácilmente se convierten en agresivos.

Causas de la agresividad
Factores neurofisiológicos, biológicos y endocrinos
Algunas enfermedades mentales
La situación económica: pobreza, desempleo, discriminación, marcadas desigualdades económicas, desequilibrio entre las aspiraciones y las oportunidades.
Las tensiones de una sociedad competitiva, donde se valora la acumulación de bienes exclusivamente materiales.
La ausencia de proyectos o puntos de referencia
Ambiente familiar deteriorado
Un sistema escolar ineficaz
-La posesión de armas, es un gran factor de riesgo; ya que en cualquier altercado se puede pasar, con más facilidad, de una agresión a un homicidio

¿Qué hacer?
Dependiendo de la causa que esté provocando los comportamientos agresivos, las medidas a tomar serán completamente diferentes. Por ejemplo, si existen alteraciones en el metabolismo de la serotonina cerebral, habrá de ser tratado médicamente, y cuanto antes. Una enfermedad mental, habrá de ser tratada de manera adecuada, también cuanto antes.

En cuanto a los factores ambientales, y desde un punto de vista práctico, la familia puede tomar la iniciativa, para evitar o neutralizar conductas de riesgo en los adolescentes.

Tratar de negociar con el adolescente cualquier situación; evitando, en la medida de lo posible, las imposiciones
Escuchar e informar abiertamente sobre determinados riesgos
Promover actitudes positivas de respeto a los demás
Motivar en la línea de la constancia y el trabajo bien hecho

Numerosas y variadas en esta edad. No pisar las líneas de las baldosas cuando pasean por la calle, llevar determinadas prendas, decir determinadas palabras… Son ideas que vienen a la cabeza rodeadas de cierta magia. Por ejemplo, “Si digo tal palabra, me traerá suerte”, “si me pongo esta camiseta, hoy me encontraré con fulanito”, “si piso la línea de una baldosa tendré una racha de mala suerte” etc. Pequeñas manías que, como siempre, llevadas a un extremo pueden convertirse en problemas serios, conductas compulsivas donde existe la necesidad imperiosa de realizar una acción que no puede pararse.

La obsesión más frecuente en los adolescentes es su salud física. Dolores de cabeza, palpitaciones inexplicables, sensación de no poder respirar, de tener un nudo en el pecho, imposibilidad de tragar sólidos, sensación de tener un cuerpo extraño dentro del cuello… Se trata, siempre, de órganos percibidos de manera inmediata como vitales.

Algunas conductas obsesivo-compulsivas.
Excesiva pulcritud en el arreglo del material escolar, la habitación.
Temor a contaminaciones, lavados prolongados
Limpieza repetitiva de los utensilios de comer
Evitar tocar determinadas cosas que haya podido tocar cualquiera

Es habitual, que el adolescente guarde en secreto estas pequeñas manías durante mucho tiempo. Algunos padres, sólo llegan a conocer estas manías cuando interfieren en las actividades cotidianas del adolescente, que es realmente cuando se convierten en un problema.

Para empezar, hay que tener en cuenta que es muy común el estado de ánimo deprimido en el adolescente. Son demasiados cambios para tan poco tiempo, y muchos jóvenes reaccionan con aislamiento, actividades reducidas al mínimo y accesos de pesimismo, como defensa ante una situación cambiante, que no entienden.

Sin embargo, existe gran dificultad para diagnosticar depresión en la adolescencia. Una señal de alarma, a tener en cuenta por los padres y educadores, es el cambio de comportamiento repentino, en el chico o la chica. En ocasiones, una depresión puede ocultarse tras el consumo de alcohol o drogas.

Síntomas de la depresión
Estado de ánimo decaído o irritable
Cansancio o falta de energía
Pérdida del interés por casi cualquier actividad
El sueño está aumentado o disminuido
Sentimientos de inutilidad
El peso aumenta o disminuye, de manera significativa sin realizar ningún régimen
Agitación o enlentecimiento psicomotriz
Dificultad para pensar o concentrarse
Miedo a morir e ideas de suicidio

Al nacer, el bebé es el centro del universo. A medida que avanza la edad, van apareciendo otras personas. Se aprende que los demás, también son importantes. Y que la relación con otras personas es necesaria.

El adolescente necesita a alguien de su misma edad y sexo, para compartir la pesada carga, de todas las dudas que le surgen constantemente. Ha de ser alguien que él vea como “un igual”, con sus mismos problemas e inquietudes. Por eso no vale como amigo un padre o profesor, ya que éstos están investidos de autoridad aunque no lo pretendan. Además (padres, profesores…) tienen otro papel muy importante y necesario en la vida del adolescente.

¿A quién se escoge como amigo?
A aquella persona con la que el adolescente puede identificarse. No es importante que el amigo sea igual a uno mismo, es suficiente con que sea percibido así.
También se escoge o desea como amigo, a las personas populares dentro del grupo.
En alguna ocasión (las menos), se escoge como amigo a aquella persona que tiene valores complementarios. Por ejemplo un joven dominante puede buscar un amigo sumiso y viceversa.

Características de la amistad adolescente
Lealtad
Intimidad: el diálogo confidencial es fundamental para que se consolide una amistad en esta etapa.
Apasionada, por tanto, llena de tormentas, riñas y perdones. El adolescente va aprendiendo que el otro es alguien distinto a él.
Inestabilidad, propia de la personalidad adolescente. Una amistad íntima puede enfriarse por el simple hecho de cambiar de domicilio o de clase en el colegio, uno de los amigos.

Algunas sugerencias
Fomenta en tu hijo las relaciones sociales, enséñale cómo conocer gente y hacer amigos. Se ha demostrado que aquellos jóvenes que no saben relacionarse con sus iguales en edades tempranas, suelen tener dificultades serias en la edad adulta.
Facilita el que tu hijo vaya a casa con sus amigos, y así podrás conocerlos.

Ese muchacho encantador, organizado y trabajador, cuando vienen visitas a casa, no sabe dónde meterse. Utiliza mil escusas para no salir a saludar y cuando no le queda más remedio que hacerlo, tiembla como un flan, actúa torpemente, y se queda parado en un rincón sin abrir la boca.

En el colegio, le ocurre lo mismo, incluso llega a no decir la lección al profesor, por vergüenza. Otros chicos hablan entre sí, en el recreo, él prefiere observar, sin atreverse a participar, aunque confiesa que le gustaría hacerlo.

Síntomas, que aparecen cuando el adolescente tiene que hablar con otras personas.
Enrojecimiento facial
Temblor de manos
Palpitaciones
Sudores
Sequedad de boca
Tartamudeo
Sale corriendo en cuanto puede

Causas de la Timidez
Falta de confianza en uno mismo
Puede proceder también de un complejo de inferioridad, debido a un defecto real o imaginario
Puede aprenderse de los padres
En ocasiones es un papel que se adopta en determinados contextos (colegio, casa…) y no en otros.

Esta enfermedad comienza, típicamente, en una joven que “se ve gorda” o que “quiere perder unos kilitos” y comienza una dieta. A las semanas, a pesar de haber adelgazado, no se conforma y continúa haciendo una dieta cada vez más severa.

A menudo siente frío, por ello, tiene que cubrirse de ropa de abrigo; pierde sus períodos menstruales y comienza a distanciarse de sus familiares, que constantemente le hablan de la necesidad de alimentarse.

Perfeccionistas, inseguras, dispuestas a cumplir lo que los demás esperan de ellas, intentan mantener absoluto control sobre sus pensamientos y apariencia.

Criterios para diagnosticar anorexia nerviosa
Rechazo a mantener el peso corporal por encima del valor mínimo normal, teniendo en cuenta la edad y la talla
Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obesa, incluso estando por debajo del peso normal
Alteración en la percepción del peso o la silueta corporal. (se “ve” muy gorda, se “siente” en sobrepeso”)
Si han tenido la primera regla, ausencia de por lo menos tres ciclos menstruales consecutivos

La explicación de este trastorno
Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el origen de este problema. Desde alteraciones en la estructura familiar, con una apariencia de armonía y una gran desilusión encubierta. Hasta una evitación de circunstancias temidas asociadas todas ellas a la madurez psicosexual y la responsabilidad. Pasando por toda una serie de creencias irracionales, como el pensar que “ser atractiva significa, sobre todo, ser delgada”. Asociar cierto glamour en ser anoréxica; algunas chicas llegan a envidiar a otras cuando les cuentan que tienen o han tenido anorexia, sin dar valor alguno al alto riesgo que corren.

Como digo, todas estas explicaciones son hipótesis con las que actualmente se está trabajando con éxito, aunque no se conozca un determinante claro de la enfermedad.

Es un trastorno de la alimentación, en el cual la comida y el peso se transforman en obsesiones. Pensamientos constantes sobre estos dos temas, se imponen en las enfermas, sin saber cómo evitarlos o controlarlos.

La característica fundamental de la bulimia son los tremendos atracones de comida, a los que se abandonan las personas que padecen esta enfermedad. Cualquier frustración o sensación de ansiedad no controlada puede terminar frente a una gran cantidad de pasteles, galletas, helados…

Estas comilonas van seguidas de un temor a que la comida se acumule en forma de grasa, allí donde menos desean. Comienzan entonces una serie de conductas tendentes a evitar esa “catástrofe” que supone el engordar, como puede ser provocarse vómitos, períodos de ayuno, abuso de laxantes…

Una bulimia puede permanecer el secreto durante mucho tiempo, ya que es un tema del que las adolescentes no se sienten orgullosas. Algunas complicaciones médicas que empiezan a aparecer, son las que descubren el problema a la familia.

Factores que mantienen la bulimia
Restricción crónica de comida, el someterse a una dieta severa.
Factores biológicos, pueden ser los responsables de este ciclo insidioso.
Algunos expertos creen que el metabolismo se adapta al ciclo bulímico de comer excesivo y purgación, disminuyendo su ritmo, incrementando así el riesgo de aumentar el peso inclusive a través de la ingestión normal de calorías.
Durante la etapa de dieta entre los períodos de comer excesivo, las personas se tornan a menudos irritables, deprimidos y pueden tener una tendencia mayor a expresar trastornos de personalidad.
Los sentimientos positivos sólo pueden ser restaurados con otro período de comer excesivo; y sigue así el ciclo.

La explicación de este trastorno
Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el origen de este problema. Desde alteraciones en la estructura familiar, con una apariencia de armonía y una gran desilusión encubierta. Hasta una evitación de circunstancias temidas asociadas todas ellas a la madurez psicosexual y la responsabilidad. Pasando por toda una serie de creencias irracionales, como el pensar que “ser atractiva significa, sobre todo, ser delgada”.
Como digo, todas estas explicaciones son hipótesis con las que actualmente se está trabajando con éxito, aunque no se conozca un determinante claro de la enfermedad.

Existe entre los adolescentes de hoy en día, una preocupación excesiva por el peso. En muchos casos, solicitan hacer dieta, chicas que no lo necesitan en absoluto. O se confunde un sobrepeso, que es fácilmente controlable, con una obesidad mórbida. Parece que estar delgado sea la solución a muchos problemas de timidez, de relación, incluso familiares. Si uno consigue estar delgado todo se arreglará.

En cualquier caso, y dejando a un lado exageraciones muy de moda, hay que hablar de obesidad, porque es un problema que existe, y afecta a muchas personas. En estos casos, conviene acudir a un médico para que sea él quien evalúe la necesidad de realizar una dieta, e indique cómo hacerlo. Desconfiar siempre de las dietas milagrosas o de moda entre las amistades.

Causas de la obesidad:
Enfermedades médicas: hipotiroidismo, enfermedad de Cushing y una variedad de síndromes genéticos, que conviene descartar antes de iniciar una dieta para adelgazar.
Herencia: los hijos de padres obesos, tienen grandes posibilidades de serlo ellos también.
Hábitos inadecuados: elevado consumo de alimentos, escasa actividad física.

Efectos de la obesidad:
La obesidad interfiere de varias maneras en los adolescentes, pudiendo incluso acelerar la maduración sexual y el curso del crecimiento. Las adolescentes obesas, por ejemplo, acostumbran a tener antes su primera regla, y luego sufren trastornos menstruales, (como reglas irregulares o sangrado importante) con mayor frecuencia que las chicas de peso normal. La obesidad también puede hacer cesar la regla.

Pero aquí quiero destacar la importancia de los efectos psicológicos que la obesidad tiene para los adolescentes que la padecen:
Autoestima dañada, por bromas crueles de otros adolescentes.
Preocupación contante por lo que otros adolescentes puedan pensar de ellos.
Tristeza y aislamiento, que encuentran consuelo en la comida, constituyéndose así un círculo vicioso del que es difícil salir.